sábado, 7 de septiembre de 2013

FINAL DEL CAMINO

Día 49 de ruta, 66 kms. Por la mañana como el que prepara algo muy importante,desayuno arreglo  la equipación de bici y salgo con muchas ganas.
La primera parte del recorrido hasta Arzua (22 kms), son más bien en descenso y los hago muy rápidos.   En los primeros kilómetros del recorrido me voy cruzando con los peregrinos que van a pie y han salido antes, y han pernoctado en el mismo albergue que yo.  Incluso coincido con el chico que ayer me hizo trasnochar y también me ha comentado que estaba muy animado y se veía con fuerzas para recorrer los 63 kms que faltan hasta Santiago.

A partir de Arzua, ya he notado la mayor cantidad de peregrinos que voy encontrando por el Camino.   Voy saludando y deseando "buen Camino" a todos ellos.    El recorrido es por caminos y pistas, suave y sin grandes desniveles.  También es rápido, aunque al coincidir con muchos más peregrinos voy más lento, y según me acerco a Santiago, aflojo el ritmo pensando en mucho de los momentos vividos durante el viaje;
la mayoría de buenos, y ahora parece que no tengo tanta prisa por llegar, quiero saborear bien el último tramo de mi aventura.
Los últimos 15-20 kilómetros me pasan muy rápido, pero después ya pensando que llegas se me hacen un poco largos.  En estas últimas zonas vuelve a haber subidas; paso por Lavapies, lugar donde los antiguos peregrinos paraban para lavarse antes de entrar a Santiago, y la última subida al Monte de Gozo.   Aquí ya tengo la sensación de haber llegado; incluso dos chicos me preguntan de donde vengo y sus felicitaciones me hacen dar cuenta realmente de lo que he hecho y me emociono...
Bajo del monte con las primeras vistas de Santiago, entrando por sus calles ( por cierto, mucho mejor marcadas que cuando hice el Camino Francés); hago fotos como si fuera la primera vez.  Sigo por las calles, dirigiéndome a la catedral; luego ese momento tan especial de escuchar el gaitero en el túnel antes de entrar a la plaza del Obradoiro.  Me detengo a escucharlo un rato antes de entrar y por fin la llegada delante de la catedral.
Como si alguien me tuviera que esperar, miraba a la gente por si veía algún peregrino conocido y de repente se levanta un chico del suelo y me da un grito.  Me sonaba su cara , pero no sabía de donde. Me ha abrazado y felicitado efusivamente; eran un par de italianos que habíamos coincidido en Bilbao, ¡ qué alegría ver alguien conocido!.
Después de las fotos delante de esta impresionante catedral con la imagen del Apóstol Santiago en lo más alto, he estado un rato por la plaza viendo llegar a los peregrinos con esas caras de felicidad, de emoción, de sufrimiento, pero en general de mucha alegría.
Aprovecho para entrar a la catedral, mientras unos ciclistas que estaban fuera , me guardan la bici.  Visito la tumba del Apóstol y me abrazo a la imagen desde atrás.
A mi, me invade una mezcla de sentimientos; de felicidad por haber llegado bien y haber cumplido mi sueño y mi reto con la tristeza de algo que ya termina y que ha sido muy bonito y una gran experiencia personal.
Después voy a recoger la Compostelana, con dos acreditaciones llenas de sellos y busco algún sitio para comer y celebrarlo.  Aunque realmente lo celebraré al llegar a casa con mi marido Jordi y mi familia.



Desde la cima del monte de Gozo a las puertas de la ciudad de Santiago de Compostela

Entrando a la plaza del Obradoiro con la música del gaitero

La majestuosa catedral de Santiago, fin del camino para muchos peregrinos

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