PARADA EN RAPPERSWIL
Día 20 de la ruta, 75 Kms. Hoy tengo la sensación de empezar el Camino de verdad, con caminos por montes y poco llano.
Salgo de nuevo con lluvia; el trazado de la mañana se ha hecho lento, pero agradable. El marcaje de la ruta es diferente al de Alemania y eso fue lo que me despistó ayer. Los paisajes suizos son muy bonitos y con alguna zona complicada.
La anécdota de hoy estaría en el almuerzo, ya que he parado en unas mesas delante de un monasterio y he estado de tertulia con uno de los monjes, que trabaja la cerámica. Al terminar me ha regalado un vaso de su fabricación y con su explicación, me ha evitado tener que subir un duro puerto (el Ocebreiro suizo), enviandome por una carretera alternativa. Subiendo vuelve a llover; el sitio es precioso y solo la niebla evita gozar de unas vistas espectaculares.
Mi planificación para hoy era dormir en el albergue de Rapperswil; al bajar el puerto y siguiendo las marcas de bici, no veo ninguna señalización hasta allí. Reviso mis mapas y debo dar una buena vuelta para seguir mi circuito. Suerte que hay muchos tramos de bajada y tras 30 kilómetros llego al punto deseado.
Sin entretenerme en visitas, voy al albergue donde amablemente me ceden la secadora para la roba y ceno con un grupo de simpáticas señoras que realizan el Camino en Suiza.
Rapperswil está en fiestas; tenemos fuegos artificiales, conciertos, animación,... Costarà dormir, pero tengo que descansar; mañana también hay puerto....
La bulliciosa ciudad de Rapperswil, en plena celebración de sus fiestas.
Típico paisaje de Suiza.
Uno de los preciosos tramos del circuito, pero duro y complicado.
Día 20 de la ruta, 75 Kms. Hoy tengo la sensación de empezar el Camino de verdad, con caminos por montes y poco llano.
Salgo de nuevo con lluvia; el trazado de la mañana se ha hecho lento, pero agradable. El marcaje de la ruta es diferente al de Alemania y eso fue lo que me despistó ayer. Los paisajes suizos son muy bonitos y con alguna zona complicada.
La anécdota de hoy estaría en el almuerzo, ya que he parado en unas mesas delante de un monasterio y he estado de tertulia con uno de los monjes, que trabaja la cerámica. Al terminar me ha regalado un vaso de su fabricación y con su explicación, me ha evitado tener que subir un duro puerto (el Ocebreiro suizo), enviandome por una carretera alternativa. Subiendo vuelve a llover; el sitio es precioso y solo la niebla evita gozar de unas vistas espectaculares.
Mi planificación para hoy era dormir en el albergue de Rapperswil; al bajar el puerto y siguiendo las marcas de bici, no veo ninguna señalización hasta allí. Reviso mis mapas y debo dar una buena vuelta para seguir mi circuito. Suerte que hay muchos tramos de bajada y tras 30 kilómetros llego al punto deseado.
Sin entretenerme en visitas, voy al albergue donde amablemente me ceden la secadora para la roba y ceno con un grupo de simpáticas señoras que realizan el Camino en Suiza.
Rapperswil está en fiestas; tenemos fuegos artificiales, conciertos, animación,... Costarà dormir, pero tengo que descansar; mañana también hay puerto....
La bulliciosa ciudad de Rapperswil, en plena celebración de sus fiestas.
Típico paisaje de Suiza.
Uno de los preciosos tramos del circuito, pero duro y complicado.
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